En septiembre de 1934, este año ha hecho setenta y cinco años, Picasso visita Barcelona por última vez (*).
A mediados de agosto del 34, Picasso con su esposa Olga y su hijo Paulo pasan las vacaciones en España. Después de un periplo por diferentes poblaciones llegan a Barcelona a principios de septiembre.
En el transcurso de su estancia en la ciudad condal se desplaza a Montjuïc para visitar el Museu d'Art de Catalunya que estaba a punto de inaugurarse el edificio del Palau Nacional, nacido al amparo de la Exposición Internacional de 1929. Picasso, en el verano del 33, ya había visitado la zona de Montjuïc. En esta ocasión, Joaquim Folch i Torres, el director, le invita y le hace la visita acompañado de otros miembros del museo. Un artículo memorable, firmado por Carles Capdevila, intitulado Picasso al Museu, publicado en la portada de La Publicitat -Barcelona, Jueves 6 de septiembre de 1934. Año 56 - Núm. 18.741- se hizo eco: "[...] el hombre, del Picasso de carne y hueso recorriendo las salas del Museu que será inaugurado dentro de un mes. Aprovechando la breve estancia de Picasso en Barcelona con su familia, la dirección del Museu le invitó a visitar la nueva instalación del Palau Nacional, donde ha sido reunido y dispuesto ordenadamente todo el fondo del Museu Municipal, considerablemente aumentado con la adquisición de la colección Plandiura [...]". El articulista destaca, entre otras obras, el paisaje urbano de Martí Alsina hecho desde un taller de la desaparecida Riera de Sant Joan donde el malagueño, también, había tenido su taller y "La colección de retratos de En Casas era un recordatorio de antiguas amistades y amistades barcelonesas".
A la izquierda, cubierta del "Diario de Barcelona" del 13 de noviembre de 1934, con la foto de la inauguración del Musu d'Art de Catalunya en el Palau Nacional de Montjuïc. A la derecha, artículo de Carles Capdevila, "Picasso en el Museu", en la cubierta de "La Publicitat" del 6 de septiembre de 1934.
El año 34 es un momento especialmente agitado desde el punto de vista político y social en el estado español en general y en Cataluña en particular. En Europa el auge del fascismo, sobre todo en Italia y Alemania, es preocupante.
Es un año complicado en la vida del artista. El matrimonio con Olga hace aguas; está a punto de salir al mercado las memorias de Fernande Olivier; concluye con una sentencia poco clara el proceso que Picasso inicia contra Miquel Calvet por abuso de confianza al comprar, en 1930, una gran cantidad de dibujos a su madre por un precio irrisorio y venderlos a un precio alto a una galería parisina. Es "la peor época de mi vida" dirá Picasso.
Las obras de Picasso parecen transcribir los altibajos del artista: tan pronto son vigorosas y febriles como sosegadas. Más que nunca se hacen eco de aquella frase recogida por Zervos, fruto de las conversaciones con el artista en Boisgeloup, el invierno de 1934-1935: "El pintor pinta como necesidad urgente de descargar sus sensaciones y visiones".
La historia sigue su curso. Picasso continúa trabajando en su taller parisino después de la estancia en Barcelona. Nada hace pensar al artista que aquel septiembre del 34, este año ha hecho setenta y cinco años, había hecho el último paseo por las calles de Barcelona.
Capdevila en ese artículo formulaba un deseo: "Barcelona guardará entre las de sus artistas más representativos las obras de este pintor universal. Hubiera sido un error y una injusticia excluirlo de nuestra familia artística porque él no olvida que Barcelona ha sido la patria de su juventud de artista, y ha reafirmado este recuerdo con generosidades inolvidables. Barcelona desea corresponder sinceramente, y es un placer y un honor dedicar un espacio a las obras del gran artista: al lado de éstas, sin embargo, nos gustaría ver aumentada su representación con obras de Picasso presente y de lo que vendrá "; un deseo del periodista que hoy sabemos que es realidad.
Claustre Rafart
Técnico Superior de Arte e Historia
(*) Desde su partida de Barcelona hacia París en abril de 1904, Picasso había vuelto varias veces: 1906, 1909, 1910, 1913 y 1917. A partir de esta fecha, que se tenga constancia hasta el momento, Picasso vuelve en tres ocasiones: en octubre de 1926, en agosto de 1933 y en septiembre de 1934.
