Mujer sentada

"Mujer sentada" es la primera escultura realizada por Picasso y representa un motivo que será una constante en la obra del artista: la figura individual. Desde 1899, cuando conoció a Mateu Fernández de Soto y a Jaume Sabartés, Picasso se había relacionado con escultores: Manolo Hugué, Julio González, Carles Mani o Emili Fontbona. No será, en cambio, hasta 1902 cuando decida adentrarse en la escultura y lo hará bajo el asesoramiento de Fontbona, a quien había retratado en algunas ocasiones. En el taller de la casa familiar de veraneo de este escultor —situada en el número 6 de la calle Pàdua, en el barrio barcelonés de Sant Gervasi—, Picasso modela en arcilla esta figura de pequeño formato de la que posteriormente se hará una tirada de trece ejemplares en bronce; el original en terracota se conserva hoy en el Musée Picasso de París.
Escultura de concepción cerrada y monolítica que concentra múltiples enfoques, "Mujer sentada" nace cuando Picasso inicia un nuevo proceso creativo de drástica reducción cromática y de revisión formal y conceptual de su obra. El motivo de la mujer sentada, abatida y abandonada a la experiencia de su propio destino, aparece en algunos dibujos y pinturas de la época. También se aproxima a las mujeres acurrucadas, monolíticas y prácticamente monocromas que expuso Isidre Nonell en la Sala Parés en enero de 1902, obras que Picasso pudo contemplar cuando regresó a Barcelona tras su segunda estancia en París. Asimismo, se observan coincidencias con figuras incluidas en pinturas murales del románico catalán.
El modelado de la mujer evidencia una simplificación de los rasgos faciales, a la vez que las manos y los brazos solo se insinúan de manera esquemática; una síntesis formal que es fruto de la citada revisión a la que Picasso somete su proceso creativo. Este trabajo no supone el inicio decisivo de la carrera del Picasso escultor; habrán de pasar unos años antes de que la técnica escultórica se consolide como uno de los ejes en la producción del artista.