Blanquita Suárez
Blanquita Suárez
Blanquita Suárez
Para Picasso, los seis meses que pasó en Barcelona en 1917 supusieron reencontrarse con familiares y amigos. Estos lo recibieron con honores de triunfador, le organizaron encuentros-homenaje y le dedicaron artículos en publicaciones de la época, como “Vell i Nou” y “L’Esquella de la Torratxa”. En este sentido es muy significativa la reseña titulada “Banquete a Picasso” y publicada en “La Publicidad” el día 14 de junio, un día después del banquete que le ofrecieron amigos y admiradores en el café-restaurante Au Lyon d’Or. En la ciudad condal, Picasso frecuentó los locales de ocio y diversión, como revela este óleo protagonizado por Blanquita Suárez, la tiple cómica que en junio de aquel año estrenó el espectáculo “La gatita blanca” en el teatro Tívoli y en agosto regresó a la ciudad con otro nuevo, esta vez en el teatro Eldorado.
El artista sitúa a la cantante en el epicentro del espectáculo, el escenario, estructurado a base de planos geométricos superpuestos cuyo juego tonal sirve para crear el efecto de perspectiva. La figura de la cantante también está construida mediante la superposición de planos, aunque el pintor suaviza aquí el rigor geométrico aplicando en ciertos puntos del cuerpo unas líneas más moduladas y curvas que, combinadas con las más angulosas, consiguen transmitir la sensación de movimiento y ritmo inherentes a la danza ―un cuaderno que Picasso llenó durante su estancia en Barcelona y que hoy se conserva en el Musée Picasso de París contiene los bocetos de una bailarina que muy probablemente sea Blanquita Suárez. El cromatismo, dominado por el negro, el marrón, el verde y el blanco, con toques violetas en algunas zonas, contribuye a armonizar el rigor y severidad constructivos con la airosidad y espontaneidad del instante captado.
Ubicada en
CP Sala 0973.3 cm x 47 cm
Donación Pablo Picasso, 1970
MPB 110.013