Viaje a través del azul: "La Vida"
Exposición en torno a La Vida, obra capital de la época azul de Picasso que regresa para la ocasión a Barcelona, donde fue creada en 1903. Se establecen conexiones entre La Vida y algunos dibujos de la colección del Museu Picasso, así como con la imagen oculta bajo la pintura Azoteas de Barcelona, desvelada recientemente a raíz de un estudio exhaustivo.
Los resultados de un estudio exhaustivo, realizado por el propio museo, de la obra Azoteas de Barcelona (Barcelona, 1903) pusieron de manifiesto la estrecha relación entre una imagen subyacente a esta pintura, que representa a una pareja desnuda, y otros dibujos del mismo período pertenecientes también a la colección del Museu Picasso, así como las coincidencias cromáticas con pinturas de finales de 1901. En cuanto a la representación de la pareja, se trata de un tema recurrente en la producción de Picasso de 1902-1903 que concluyó magistralmente con la gran obra La Vida, creada en Barcelona en 1903 y actualmente una de las piezas destacadas del Cleveland Museum of Art.
El objetivo de la exposición es establecer y presentar las conexiones que hay entre La Vida, los dibujos de Picasso relacionados con esta obra y la imagen escondida bajo la pintura Azoteas de Barcelona. La propuesta, de carácter técnico, muestra el material obtenido durante el proceso de estudio llevado a cabo por el Departamento de Conservación Preventiva y Restauración del Museu Picasso.
La Vida vuelve a Barcelona
La Vida es la obra culminante de la época azul de Picasso y es considerada la más importante que realizó antes de Les Demoiselles d'Avignon. La Vida contiene toda la evolución plástica, temática y filosófica de este período: su enigmático simbolismo ha dado pie a muchas interpretaciones y estudios, el más reciente de los cuales es el catálogo de la exposición «Picasso and the Mysteries of Life: La Vie», comisariada por William Robinson en el Cleveland Museum of Art. Las radiografías realizadas en Cleveland revelan que el artista utilizó como soporte el cuadro Últimos momentos, que había figurado en su primera exposición individual en els Quatre Gats, en febrero de 1900, y que participó en la Exposición Universal de París de ese mismo año. Aunque la pintura no está fechada, podemos concretar que fue realizada en Barcelona en la primavera de 1903. Un artículo del 4 de junio del mismo año publicado en El Liberal anunciaba la venta de la obra a un coleccionista francés: no se ha podido verificar la existencia de este coleccionista ni la transacción, pero la noticia resulta útil para acotar la fecha de finalización del trabajo. Por otra parte, la supuesta compra se contradice con la información aportada por Robinson sobre la venta de La Vida en Sebastián Junyent. Se desconoce cuál fue el momento en que La Vida abandonó Barcelona, quizá adquirida por Ambroise Vollard. Después de décadas de silencio misterioso, esta pintura reaparece en febrero de 1926 como ilustración de la cubierta de The Arts, con el título de Figure Painting, y se cita como propietario Thannhauser Galleries, que la había comprado a Vollard en 1924. En 1937 fue adquirida por el museo de la Rhode Island School of Design, que, a su vez, la vendió a la Seligmann Gallery de Nueva York en 1944. Esta galería es la que, finalmente, la ofreció el Cleveland Museum of Art, colección de la cual sigue formando parte en la actualidad.
Estudio científico de Azoteas de Barcelona
Radiografía e reflectografía IR Para conocer mejor tanto las características físicas de Azoteas de Barcelona como sus aspectos técnicos, se analizó y fotografió la superficie de la pintura con diferentes fuentes de luz, tanto visible como invisible al ojo humano. Se emplearon técnicas de análisis basadas en la física cuántica, que ofrecen información sobre la estructura de la obra y sobre su estado de conservación, porque pueden atravesar las capas pictóricas interiores. Este tipo de exámenes no necesitan toma de muestras y permiten plasmar sus resultados en una imagen visible. La imagen radiográfica desveló una pintura previa que no correspondía a la versión definitiva y aportó información sobre los materiales utilizados, el modo de aplicación y el espesor de la pincelada. Gracias a la reflectografía de infrarrojos, se descubrieron las primeras líneas del dibujo correspondientes a la pareja de la capa subyacente, así como las modificaciones de composición que Picasso realizó durante la ejecución de las figuras. Estratigrafía de colores Se analizaron cuatro micromuestras tomadas de las fisuras existentes, empleando la microscopía óptica y la electrónica de barrido. La primera es una técnica básica para la caracterización de materiales que permite acceder a los diferentes estratos superpuestos, de los cuales solo el más externo es visible, y observar su color, textura y forma. La electrónica de barrido permite trabajar con mayores aumentos y obtener resultados más precisos, así como el análisis químico elemental de los pigmentos. Las muestras analizadas presentan unas estratigrafías coloristas en las capas internas, que contrastan con la monocromía del azul exterior, resultado de una pintura elaborada en diferentes fases y con notables variaciones cromáticas. Cuando Picasso pintó Azoteas de Barcelona, la capa subyacente estaba seca, hecho que confirma que pasó un tiempo entre la realización de ambas composiciones, durante el cual su paleta se transformó de forma radical.
Vinculaciones con la colección del museo
Figuras aladas La postura del individuo alado —masculino o femenino— de los dibujos Croquis alegóricos coincide con la de otras obras de este momento, y también con la de la mujer de la pareja que subyace en Azoteas de Barcelona, tal como podemos apreciar en la radiografía y la reflectografía. Se establece una primera conexión entre estos dibujos y La Vida a partir del extraño personaje —mitad hombre, mitad pájaro— y de la mujer semiyacente que están debajo de la figura acuclillada, en la parte inferior del óleo de Cleveland, visible en la radiografía que también está presente en la exposición. Figuras femeninas Al inicio de la época azul, Picasso modifica la representación de la figura femenina. La posición de los cuerpos y la línea de los hombros adquieren mayor protagonismo que la expresividad de los rostros. Las mujeres suelen vestir túnicas con drapeados verticales y chales, y llevan los pies descalzos para acentuar la sensación de miseria. Las que se muestran en la exposición ―paradigmas de la representación de la mujer en ese período del artista― muestran posturas y actitudes similares a las de las dos principales figuras femeninas de La Vida. Parejas La composición, la estructura corporal o la interrelación de los personajes de diversos dibujos de 1902 y 1903 nos remiten a la pintura escondida bajo Azoteas de Barcelona y a La Vida. Uno de ellos, realizado en marzo de 1903, es el eslabón que conecta a esa pareja oculta con la pareja definitiva de La Vida, ya que la posición de la mujer es una variante del desnudo femenino de La Vida, y el hombre con barba coincide con el personaje desvelado por la radiografía de Azoteas de Barcelona.