Sebastià Junyent Sans
Sebastià Junyent Sans
Sebastià Junyent Sans
La estancia barcelonesa de Picasso transcurrida entre mediados de enero de 1903 y el 12 de abril de 1904, cuando dejó definitivamente la ciudad para instalarse en París, es su período de la época azul más prolífico en retratos. Uno de los más logrados es este, dedicado a su amigo Sebastià Junyent i Sans (Barcelona, 1865-1908), pintor, ilustrador, diseñador y crítico de arte para publicaciones tan destacadas en su época como el semanario “Joventut”, de clara orientación catalanista y en el que Picasso publicó algunas ilustraciones, sin duda por mediación de Junyent. Económicamente acomodado gracias a una herencia que le había dejado su tío, Junyent ayudó a Picasso en más de una ocasión: está documentado que le pagó tres meses del alquiler del taller y que adquirió de él veinte dibujos, así como telas tan destacadas de la época azul como “La vida”, “El viejo judío” o “El loco” (MPB 4272), lo que lo convierte en el primer gran coleccionista de Picasso, pese a que la colección terminó dispersándose con el tiempo. Asimismo, Picasso, que compartía con Junyent su admiración por la pintura del Greco, ocupó durante una corta temporada el taller que este tenía en la calle Bonavista, en el barrio de Gràcia de Barcelona, donde los dos amigos se dedicaron mutuamente un retrato en azul: Junyent retrató a Picasso ante la gran tela que lo ocupaba en aquellos momentos, “La vida”, mientras que Picasso inmortalizó a su amigo y protector en esta tela, con un semblante melancólico indiscutiblemente derivado de la tonalidad azul que todo lo invade salvo el rostro, iluminado por pinceladas rojas que tiñen de vida mejillas y labios. La figura imponente de Junyent, perfilada mediante sucintas líneas negras, presenta una delicada sutileza en la figuración del rostro en general, y del cabello y la barba en particular, que contrasta con la gran masa azul del abrigo, realizada a base de pinceladas fluidas que reverberan en la mancha rezumante del azul más profundo del fondo, recurso con el que Picasso logra que emerja el rostro maduro de su amigo, que sigue con la mirada los ojos de quien lo observa.
Ubicada en
CP Sala 08 centre73.5 cm x 60 cm
Donación Pablo Picasso, 1970
MPB 110.018