Georges Braque, 1882-1963

Picasso acoge a Braque en su museo barcelonés en esta antológica de la obra que tantas conexiones tiene con la suya. La muestra evidencia que el camino artístico de Braque y el de Picasso convergían y divergían, según los periodos, pero siempre con un manifiesto y enorme respeto mutuo por las investigaciones plásticas del otro.

La exposición es el testimonio de una amistad enriquecedora y creativa que convulsionó el lenguaje artístico del siglo XX. El encuentro de los dos artistas en el Museu Picasso es la concreción de una invitación que, a pesar de que habría podido producirse, nunca tuvo lugar. Aun así, Picasso acoge a Braque en su museo barcelonés en esta antológica de la obra que tantas conexiones tiene con la suya. La vinculación artística entre ambos pintores desde 1907 hasta 1914, así como la amistad que cultivaron a lo largo de su existencia, son el núcleo motriz originario de la exposición sobre Braque, una idea que ha ido consolidándose a medida que se avanzaba en el estudio y la selección de las obras, y al constatar hasta qué punto el camino artístico de Braque y el de Picasso convergían y divergían, según los periodos, pero siempre con un manifiesto y enorme respeto mutuo por las investigaciones plásticas del otro.