Seminario ambulante. Quinta parada: Gósol
"Doctorado Picasso: Picasso y Cataluña"
Información práctica
Público: Público general
Días: Miércoles 10 de abril de 2024
Horarios: Durante toda la jornada
Idioma: Catalán
Lugar: Centro Picasso de Gósol. (Pl. Major, 1, 25716 Gósol, Lérida.)
Reservas
Plazas limitadas.
Inscríbete a través del correo museupicasso@bcn.cat y cuéntanos el motivo de tu interés.
Tras visitar Sitges, Madrid, Barcelona y Vallvidrera, el seminario ambulante del Doctorado Picasso realiza su quinta parada en Gósol. Esta jornada, llamada "Picasso en Gósol, 1906: un verano por la modernidad", se ha coorganizado entre el Museo Picasso y el Centro Picasso de Gósol - y se desarrolla en formato de ruta de la mano de Magalí Queyroi, Directora del Centro Picasso de Gósol, y Jèssica Jaques Pi, profesora de Estética y Teoría de las Artes en la UAB.
Esta parada se desarrolla en el marco del Doctorado Picasso de este año, "Picasso y Cataluña", un programa de formación superior de acceso abierto y gratuito en convenio entre la Universidad Autónoma de Barcelona, la Universidad de Picardía, Julio Verne de Amiens y el Museo Picasso de Barcelona, que pretende repensar a Picasso desde la creatividad contemporánea, con una mirada joven y actual.
Gósol
Picasso se autobautizó “Pau de Gósol” en el verano del 1906 cuando, junto a Fernande Olivier, pasó ocho semanas en esta villa catalana situada al pie del Pedraforca y bajo la Sierra del Cadí. Se encontró en un lugar recóndito no sólo por su lejanía, sino por su peculiar urdimbre social. Nada tenía que ver ésta con la pequeña burguesía de Málaga, ni con la de La Coruña, ni con la bohemia de Barcelona ni con la de París, puesto que estaba trenzada en tramas de un matriarcado ajeno a la modernidad, que precipitaría la pintura picassiana a la revolución que culminaría en Les Demoiselles d’Avignon.
Como Cézanne en la Sainte Victoire, pero con tiempos efímeros y en un espacio público gobernado por mujeres ganaderas, contrabandistas y regentes de una precaria economía de subsistencia ajena a la modernidad, Pau de Gósol realizó, allí, el viraje hacia su peculiar gestación del arte moderno. Mucho tuvo que ver su trabajo sobre la iconografía de la mujer fuerte –que le llevaría al Retrato de Gertrude Stein, a Les Demoiselles d’Avignon y a La Dríada– así como unas formas de vida austeras que, tanto en el maestro provenzal como en un joven Picasso de veinticuatro años, imprimirían la rotunda e incondicional disrupción propia de la originalidad del retorno al origen.
Organiza:


